CINE Y PEDIATRIA 4
publicado: sábado 15 de junio de 2013 126 Cine y Pediatría [179] visión del mundo por parte de un niño, y aquellos recuerdos apresurados en el corazón del adulto, como una etapa maravillosa de la vida. Los niños invisibles propone un original idea por la cual una pandilla de tres niños desea escapar de los agobios de la niñez. Y, para ello, se hacen con la receta de un curandero en la que se detalla un ritual para transformarse en invisible. Cada uno tendrá su motivación para querer desaparecer, incluyendo la más poderosa para Rafaelito y que es estar cerca de la niña amada. Un deseo inocente y cándido, y con la ferviente obsesión de lo desconocido. El argumento de la película es eminentemente colombiano, con locación geográfica y temporal identificada (el año de reinado de belleza de Amalia Navarrete, el ataque al corregimiento de Aures por parte de la insurgencia o las proezas del cuatro veces campeón de la Vuelta a Colombia en Bicicleta, Ramón Hoyos) en una historia que fluctúa entre lo popular y lo fantástico. Porque hay algo en Los niños invisibles que nos hace recordar de lejos al Fellini de Amarcord (1973), con imágenes que evocan al maestro italiano, pero que reconocen también al director que es Duque Naranjo como un compositor de la imagen y la narrativa (lo que ya demostró en sus tres largometrajes previos: en 1981 con El escarabajo , en 1985 con Visa Usa y en 1988 con Milagro en Roma ), un director que consigue que los personajes se fundan en la atmósfera con absoluta ligereza, lejos de la hipérbole de los estereotipos y adaptados al desarrollo de la trama sin esfuerzos de guión: esas madres devotas, ese barbero comunista, esos
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