CINE Y PEDIATRIA 4
cine y pediatría 4 129 suicidio del padre y por la inestabilidad emocional de la madre, que hacen mella en el desarrollo de un adolescente que vive al límite y que no quiere saber nada de disciplina en su existencia. La directora madrileña ha ido acumulando premios a lo largo de su carrera cinematográfica, a pesar de su no muy extensa filmografía. Destacan un Goya al Mejor cortometraje por El viaje del agua (1991), el Premio del Jurado del Festival de Cine de Valladolid por Una estación de paso (1992), una Mención especial por Cuando vuelvas a mi lado (1999) del Festival de Cine de San Sebastián y Biznaga de Oro del Festival de Málaga por Héctor (2004). Y ahora, con 15 años y un día ha sido galardonada de nuevo con la Biznaga de Oro del Festival de Cine de Málaga, además de la de Plata al Mejor guión y a la Mejor banda sonora original (Pablo Salinas). Jon (Arón Piper) está en plena edad del pavo, esa etapa tan caótica entre la adolescencia y la juventud. Es el hijo único de Margo (Maribel Verdú), madre viuda que se ve obligada, ante los problemas escolares de su hijo (es expulsado del instituto por mala conducta), a enviarle una temporada con su abuelo Max (Tito Valverde), un veterano militar retirado y con tintes eastwoodnianos. Desde un primer momento, las relaciones entre el nieto y el abuelo serán algo tensas, especialmente por la actitud del chico y su amistad con algunos jóvenes inmigrantes de la zona. Un desgraciado incidente desencadena las emociones y reflexiones de cada una de las vidas que se cruzan en la vida de Jon. Hace un lustro, Gracia Querejeta escribió esta película junto a su hijo de 14 años, con el fin de fotografiar a Jon, un adolescente sumido en ese habitual estado de desidia crónica , de escepticismo hacia todo, viviendo solo con una madre demasiado dócil y sumisa y sin una figura paterna que equilibre esos conflictos irrefrenables. Como remedio ante la previsible catástrofe, la madre decide enviar a su hijo a la Costa de la Luz con su abuelo, y la colisión generacional está servida, pues chocan dos formas de entender la vida. Querejeta nos coloca en la situación de espectador de lo cotidiano y firma un auténtico alegato ético y sociológico, a la vez que genera un retrato sobre los puntos de
RkJQdWJsaXNoZXIy MTAwMjkz