CINE Y PEDIATRIA 4

publicado: sábado 29 de junio de 2013 132 Cine y Pediatría [181] N o es la primera vez que denunciamos en Cine y Pediatría el daño de las guerras a la humanidad (y, especialmente, a la infancia) , guerras de cualquier lugar, de cualquier tiempo, de cualquier religión… Lo hemos hecho con la Segunda Guerra Mundial [Cine y Pediatría 120] y con la Guerra Civil Española [Cine y Pediatría 121]. Y ahora lo hacemos con la denominada “Guerra Eterna”, aquella que enfrenta desde hace muchas décadas a israelís y palestinos. Y curiosamente esta denuncia procede de uno de los países con mayor cultura del planeta y con un cine más inteligente. Hablamos de  Canadá y de tres películas que se han concentrado en los tres últimos años . Con  Incendies  (Denis Villeneuve, 2010) se inauguró una forma de aproximarse a Palestina, Líbano e Israel sin renunciar a lo que, en el fondo, siempre será la mirada de un extranjero. Con  Profesor Lazhar  (Philippe Falardeau, 2011 [Cine y Pediatría 127]) se nos abre una puerta a la esperanza con este profesor comprometido con Oriente Medio y su hermosa declaración a la enseñanza. Y es ahora, con  Inch’Allah  (Anaïs Barbeau-Lavalette, 2013) lo que ya supone su inmersión en el corazón de las tinieblas: un drama desgarrado, implacable, sin “ INCH ’ ALLAH ” si Dios o Alá quiere…

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