CINE Y PEDIATRIA 5

100 publicado: sábado 19 de abril de 2014 Cine y Pediatría [223] película que se manifiesta como una mezcla de otras películas con estos valores como protagonistas, como es el caso de Noches de sol (Taylor Hackford, 1984), Together (Chen Kaige, 2002) o Billy Elliot (Stephen Daldry, 2000 [Cine y Pediatría 106]). En esta enésima historia intercultural de superación, destacamos dos aspectos fundamentales, esencia de los valores El último bailarín de Mao : las escenas de la infancia y las escenas del baile. Ambas se conjugan en las palabras del protagonista real, el propio Li Cunxin: “El entrenamiento era cruel y muy difícil, pero era fantástico. Al principio lo odiaba, pero luego fui consciente de que no habría alcanzado un nivel tan alto si no fuera bajo esas condiciones” , reflexiona el bailarín, que ahora vive en Australia con su mujer y sus dos hijas. La película, que es crítica con la irracionalidad del comunismo maoísta, presenta también una cierta crítica moral a los defectos del capitalismo ( “Mi padre gana 50 dólares al año. Y tú te has gastado 500 dólares en ropa para mí en un día” , le dice Cunxin a Bob Stevenson). Pero lo que el film pone por encima de la bipolaridad comunismo-capitalismo es el arte como lenguaje universal, la belleza como territorio común y la infancia y familia como tesoro a respetar . Y la historia se repite, en otros países y en otras disciplinas. Y la pregunta subyace: ¿se puede sacrificar la infancia y la familia en busca del éxito –un éxito que se alcanza pocas veces– a tan temprana edad de un niño o niña? Y hablamos de deportistas de alto rendimiento, de estrellas efímeras de la televisión o

RkJQdWJsaXNoZXIy MTAwMjkz