CINE Y PEDIATRIA 5

cine y pediatría 5 111 director que le introdujo como actor en el mundo del cine, y ya en aquel momento consiguió el Cóndor de Plata como mejor película y toda una conmoción en el cine del país, en esa época inmersa en un cine independiente conocido como Nuevo Cine Argentino. Crónica de un niño solo es la primera parte de una trilogía, que continúa Este es el romance del Aniceto y la Francisca , de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza y unas pocas cosas más … (1966) y termina con El dependiente (1969). La película trata sobre Polín (Diego Puente), un niño pobre cuya vida transcurre entre la villa miseria (nombre que se le da en Argentina a los asentamientos informales caracterizados por una densa proliferación de viviendas precarias) y el reformatorio. La cinta, de gran crudeza y belleza, cuenta con una espectacular fotografía en blanco y negro acompañada de planos técnicamente perfectos de gran realismo. La película tiene tres partes diferenciadas , según nos desgrana el blog Cine maldito : •  En la primera parte y en la primera secuencia vemos, bajo un impactante plano, a un estricto carcelero pasando revista a un grupo de niños que viven en un intransigente reformatorio para niños delincuentes. Seremos testigos de las experiencias y vejaciones que sufren estos niños sujetos a una férrea disciplina que les impide actuar con la inocencia propia de su edad. Niños con cicatrices no solo físicas, sino afectivas, que son obligados a fregar amplios pasillos del correccional y a practicar gimnasia con métodos casi fascistas. Uno de estos niños es Polín, quien se rebela contra este régimen y logra huir hacia la ansiada libertad mediante otra maravillosa escena, filmada con planos largos y pausados, casi sin cortes. •  La segunda parte comienza con Polín corriendo por las calles en plena libertad, en una escena con montaje idéntico a Los cuatrocientos golpes (François Truffaut, 1959 [Cine y Pediatría 80]). Regresa al barrio donde habitaba, una villa miseria deprimida con familias desestructuradas y extremadamente pobres, verdadero hogar de los perdedores. Posteriormente seremos testigos de la escena icónica de la película: la del baño en el río con un amigo, una secuencia con clara influencia del realismo poético francés al estilo de Una partida de campo (Jean Renoir, 1936) y con escenas nudistas de un naturalismo pocas veces visto en el cine latinoamericano, al

RkJQdWJsaXNoZXIy MTAwMjkz