CINE Y PEDIATRIA 5

136 publicado: sábado 21 de junio de 2014 Cine y Pediatría [232] buena, tal vez solo les falta la oportunidad de demostrarlo” , nos recuerda. Y Rosalía ayuda con la mente a una familia de músicos callejeros rumanos, a una madre indigente con su hijo lactante, a una anciana: “Sé que tengo que agradecer a Dios ser hada. Pero me pregunto si podré enamorarme de un hombre, si podré tener hijos…”. Acompaña con sus lecturas a doña Susana (Mónica Galán) y don Francisco (Paco Rabal), dos ciegos a los que la protagonista les lee libros en sus ratos libres y piensa: “No puede ver el color de mi pelo, pero puede ver mi alma”. Y descubrimos que procede de una familia desestructurada, con una madre que no se desvive por ella y un padre (Héctor Alterio) que la abandono cuando tenía ocho años y ahora lo reencuentra. Y también encontramos a Santiago, un joven solitario que vive con su perra y que conoce a Rosalía a través de una cámara que instaló en una parada de autobús. Día a día la observa, sin sospechar que ella también busca el amor y que un milagro los acercará. Subiela empezó con los homenajes explícitos a la poesía inmediatamente después de su película más poética, Hombre mirando al Sudeste (1986), en aquel momento con Mario Benedetti o Juan Gelman. Y Pequeños milagros se suma a esta tendencia y es así como durante la película

RkJQdWJsaXNoZXIy MTAwMjkz