TODAS LAS FORMAS DE DECIR TU NOMBRE

[ 8 ] [ 9 ] “No te enamores nunca de un poeta” dice Daniel en uno de sus poemas: ​ “No te enamores, ni por error, de un happy human, ​que te llenará la vida de valores ​y buscará envejecer contigo intensamente ​con verdades como cumbres…”. Pero en todas las formas de decir tu nombre, Daniel se- duce con sus poemas, con la misma naturalidad que coge y suelta el aire cuando respira, y lejos de imponer un discurso basado en sus convicciones profundas, consigue hechizar a quien le acompaña con la palabra como única herramien- ta para contagiar los valores que le mueven: justicia, éti- ca, sensibilidad, solidaridad, participación, comunicación, equidad, paz, libertad, vocación… y se muestra tajante y coherente frente a la corrupción, la impunidad, al abuso de poder, la violencia de género, la miseria moral, la guerra, los recortes, la crisis, la privatización de los servicios públicos, las fronteras, las dictaduras. Daniel Sánchez vuela libre en el aire de su lenguaje poético, haciendo guiños a sus raíces gallegas, dejando huella de su carisma y de su forma de entender el mundo, y sobre todo llama la atención su capacidad innata y desafiante de cons- truir belleza, incluso de lo feo. Igual que un artesano mol- dea con sus manos un pedazo de barro deforme hasta lograr la figura que desea, de la misma manera que Silvio pretende que un rabo de nube sea un barredor de tristezas, o como en La mujer habitada, Gioconda Belli explica “escribir para darle forma al mundo”, así Daniel Sánchez se desnuda fren- te al dolor de la pérdida, responde sin reproches al desamor, se nutre de recuerdos como un valor vivo para vivir la so- ledad del exilio, elige soñar el amor, soñar con cambiar el mundo, como una constante urgente y necesaria, porque para Daniel no se entiende el mundo sin amor, “único des- tino que me mantiene vivo” y es incomprensible renegar de la esperanza por lo que, siguiendo el hilo conductor de su primer libro de la ternura también se sale , se propone, nos propone “vivir como si hubiera esperanza”. todas las formas de decir tu nombre , es una reivindica- ción, contracorriente y optimista, de los sueños, una opción por la vida, incluso “muerto”. En la primera parte del libro una vida inerte sostenida por el recuerdo de “lo mejor que me ha pasado”, o en palabras del autor, con el alma desola- da, porque vivir sin amor es “para cerrar la caja y decir adiós a todo”, de ahí la charla que establece a ti, persona amada, que aunque no estés, estás ahora y estarás siempre en mi memoria. Sin amor no hay risa, ni boca, ni besos, ni cari- cias… todo es espera a que regreses, a enamorarme, porque “la espera y el deseo tejen la ausencia”. ​ “Los náufragos y los amantes ​comparten el mismo destino, ambos saben estar lejos de sus sueños más queridos, ambos tienen la certeza de compartir la misma suerte, ambos temen que el olvido sea la tierra que les de su abrigo, y la esperanza de un amanecer hermoso que cambie su destino”.

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